Así es como podríamos definir la movida nocturna en este lado del Disco. Un sábado noche (saturday night para los más retro) en Vigo es lo más parecido a una feria ganadera que he visto (bueno, a veces los buses urbanos dan ese aspecto), tenemos de todo tipo de animales entre los cuales destaca, por encima de todos (y con diferencia) el Castrón de Puerta. Esta burra parda se distingue de otras de su especie por la carencia total de cavidad cerebral (y, por consiguiente de cerebro) lo que no está claro todavía cual es la causa y cual el efecto, si la carencia de cavidad o la ausencia de cerebro.
Esta carencia congénita (y esencial para optar al cargo de Castrón Mayor) hace de este fenomenal animal un extraordinario orador, pues es capaz, siempre dentro de su especie, de pronunciar diferentes sonidos articulados y que, en su sencillez, conforman un lenguaje básico: "No pasas", "Sí pasas", "No pasas", "Si pasas", "No sé si pasas", que, aunque sofisticado no le sirve para hacerse entender con otras especies, sino más evolucionadas, sí con una considerable ventaja cognoscitiva.
La incapacidad para hacerse entender y comprender por el resto de especies del entorno le acarrean gran cantidad de problemas que suele solventar, en parte, recurriendo a la fuerza bruta (cosa que suele funcionar casi siempre, mientras que el que pretende pasar no sea experto en Castrones, entonces suele haber muchos heridos).
Esta conducta suele llevarle al claro error de no entender que, si un miembro de otra especie no lleva las herraduras adecuadas para entrar al local, no quiere decir, ni está relacionado de ningún modo, con la capacidad económica de este potencial cliente.
Esta conducta conducirá a los propietarios de los establos de copas a la quiebra técnica, pues quienes dan dinero no son las herraduras, sino quienes las calzan.
Piensen señores, piensen.