viernes, febrero 25, 2011

A pedales

La primera gran consecuencia de las revueltas en el mundo islámico, y más concretamente, en Líbia, es la drástica subida del precio del barril de Brent que se espera para las próximas semanas y que, lastrará definitivamente cualquier intento de mejora económica, algo que hace falta y mucha.
Ante el caos que se avecina, y que podría llevar a las gasolinas a más de 1,50 € por Litro, el gobierno anuncia la bajada de las velocidades en autopistas y autovías a 110 km/h, medida que será temporal y que, se espera, ayude a ahorrar combustible = energía.
Mientras Brasil pugna por su primera central nuclear, en España esperamos como agua de mayo a que el mega oleoducto que cruzará el Norte de África (síii ese Norte donde tanta revuelta hay) nos sacie la sed de derivados del petróleo que tenemos en este país. Mientras tanto, seguimos sin medios de transporte alternativos, el AVE sigue sin llegar y los aviones no dan abasto ni son la mejor opción para transportar mucha gente por el elevado grado de sofisticación necesario para esas infraestructuras.
Con el reojillo, todos miran a Rusia, la madre Rusia para que no cierre el grifo, no vaya a ser que la tengamos como la otra vez en Osetia.

lunes, febrero 14, 2011

Y, por fin, Irán

Bien, era cuestión de tiempo. Como ya vengo comentando desde hace un tiempo, la nueva arma devastadora del mundo occidental ha hecho blanco en Irán. Y no, no se trata de un supermisil balístico, ni de un Rambo, ni nada salido de la calenturienta mente Hollywoodiense, sino de algo tan extraño como Internet, a la vez que poderoso.
Un rumor aquí, una noticia allá, un twitt mordaz, un facebook corrosivo... esos son los síntomas del arma, solo hace falta la chispa que inflame la gasolina: un civil autoinmolado por el precio de la comida convertido en mártir, una plaza convertida en símbolo de la resistencia...
Tras el derrocamiento de los régimenes tunecino y egipcio, la dimisión de la autoridad palestina en pleno, le toca ahora a Teherán. Primera manifestación y primeros choques con la policía.
Puedo equivocarme mucho, pero, señor Admadineyah, le queda poco en el cargo, viendo los precedentes.
La nueva arma occidental es capaz de derrocar gobiernos a un precio "razonable" de algunos cientos de muertos, y, con el lujo, de parecer que nadie está detrás de esos derrocamientos, más que el sagrado deber de un pueblo de elegir a quien le gobierne, y, lo más importante, sin invadir a nadie y arriesgar en soldados y material.
Si esto no es el "Nuevo Orden Mundial" se le parece mucho, desde luego.

Contaminación y Carbón

Moviéndome estos días por Madrid he comprobado la famosa contaminación de la que todos hablan. Es cierto, el cielo de Madrid está negro. Hay una densa capa de humo que se ve desde el avión a 20 Km... todo es verdad. Lo que no dicen es que, esa capa, lleva ahí 2 décadas y, hasta ahora, nadie le había hecho ni caso.
Pero, en un mundo psicocrisis, en un mundo de bipolaridad política, todo es susceptible de ser empleado como arma. La tan traída como llevada contaminación no es más que el reflejo atmosférico de lo que ocurre a pie de pista.
Cientos de miles de vehículos, un 20% de los cuales son de gran cilindrada (>2000 cc), circulan por el centro urbano sin restricciones de ningún tipo. Las calefacciones en edificios públicos y privados por encima de los 30ºC (en los buses y el metro, centros comerciales y edificios oficiales el calor es sobrehumano), miles de personas trabajan en manga corta porque se cocinan literalmente. Un gobierno que ve por el futuro e incentiva la quema de carbón, como si esto fuese la Revolución Industrial. Cuando medio mundo mira hacia otras fuentes de energía como la nuclear, en España quemamos carbón, eso sí, carbón Español. Mientras tanto vendemos energía eléctrica a bajo coste a Francia y, desde ahí a Alemania (donde no tragan polvo de carbón, y tienen un aire mucho más limpio).
Y ahora va y llueve, entonces ya no hay contaminación en el aire, y el asunto se olvida. Lo único que ha pasado es que esa contaminación, llena de compuestos derivados del petróleo, ahora está en el suelo. No la respiramos, la tocamos y comemos.