Después de ver las guerras de Afganistán e Irak como si fuesen la final de la Champions, esto es a todo color y ricamente sentados en el sofá, la guerra de Mali desprende un aire de lo más extraño. Este conflicto en el que el país galo, se ha metido en solitario, y de lleno en defensa de sus intereses económicos en la zona, tiene un toque censura que no me gusta nada.
Las únicas imágenes son de camiones y tanques paseando por carreteras mezcladas con alguna aldea en medio de ninguna parte en la que se ve un coche quemado. No se dispara, no se bombardea, no se combate casa por casa en las varias ciudades del frente... nada.
Nos quieren hacer creer que todo esto es un paseo militar francés y, aunque no tengo dudas sobre la superioridad en armas y tecnología de los franceses sobre las guerrillas, también tengo claro que las cosas no son pan comido como quieren hacernos creer.
La UE mira en otra dirección en un conflicto en el que, Alemania, no tiene nada que ganar y mucho que perder. Mientras la Liga Africana, bajo control occidental y ruso, intenta dar una capa de barniz al acabado de la guerra para que no parezca una ofensiva colonialista.
La más que probable extensión del conflicto vendrá de perlas a EEUU que busca a la desesperada una via de luz verde para su atascado problema Sirio / Iraní, a la vez que Rusia continua su política de Siria no se toca.
Así las cosas, y con cada vez más países en guerra, es cuestión de tiempo que esto estalle.
