Este será el nombre con el que, a buen seguro, se conocerán a los seguidores de la selección de fútbol de Dinamarca a partir de esta Eurocopa en Galicia.
Nunca había visto un grupo de 30 personas intentando imitar a Lucciano Pavarotti (pero cantando el equivalente del "Eu traiooooo unha borracheiraaaaa" en Danés). Bueno, y lo que es peor, de los 30 que iban no sabría decir cual era el más sereno, por que al premio del más calcado optaban todos con igualdad de méritos: desde el que llevaba los calzoncillos de gorra para el sol a las 4 de la mañana, pasando por el eterno romántico Danés que dedicaba esfuerzos a dos chicas muy majas (y más bien poco vestidas) de la zona del puerto, y llegando al que actuaba de mula de carga (imaginad una cosa rubia de 140 kilos que lleva 3 banderas, dos botas de vino, la silla de la terraza y una cara...)
Pero bueno, reconozcamos que, lo que mejor recordarán de esta Eurocopa, será... NADA.