El 1-M pasará a los anales de la historia como el día en el que el pueblo, de forma clara, expresó que está hasta las narices de de politiqueo barato y, con un 70% de votos, le ha dado portazo al inmovilismo, al politico de postin y al nacionalismo aborrece. Las primeras consecuencias, dimisiones y echarse las manos a la cabeza. Buscan resposables, causas...
Pues aquí las tienen, las causas de la derrota del Bipartito son, ellos mismos. Con un Presidente que no ha hecho nada durantes dos últimos años de mandato. Con un vicepresidente, que no desarrolló la ley de independencia y sí la polemica sobre en qué lengua debe o no debe de hablarse. Todo ello en medio de una crisis especialmente dura con la parte industrial de Galicia. Tiraron el dinero en tonterías, como siempre. Al final el discurso caduco (que cae en lo tragicómico) del BNG le pasa factura. Y las formas Zapaterianas de Touriño no acaban de entrar en la mente de los gallegos, gentes más costumbradas a pegar dos gritos si hace falta que no al talante y todo eso que fue discurso de otro tiempo.
Mientras tanto en el País Vasco el tremendo tijeretazo de los votos de los partidos afines a ETA engorda a PSOE y PP haciendo que el PNV, el caduco Ibarretxe, se vaya con viento fresco y, que sea posible lo imposible, un pacto PSOE-PP que tal vez sea el germen de lo que un día deba ser España. Eso si no la cascan como siempre.
Ahora quedan 4 años para volver a ver qué pasa. Y menos para ver que pasa con Madrid.
Pues aquí las tienen, las causas de la derrota del Bipartito son, ellos mismos. Con un Presidente que no ha hecho nada durantes dos últimos años de mandato. Con un vicepresidente, que no desarrolló la ley de independencia y sí la polemica sobre en qué lengua debe o no debe de hablarse. Todo ello en medio de una crisis especialmente dura con la parte industrial de Galicia. Tiraron el dinero en tonterías, como siempre. Al final el discurso caduco (que cae en lo tragicómico) del BNG le pasa factura. Y las formas Zapaterianas de Touriño no acaban de entrar en la mente de los gallegos, gentes más costumbradas a pegar dos gritos si hace falta que no al talante y todo eso que fue discurso de otro tiempo.
Mientras tanto en el País Vasco el tremendo tijeretazo de los votos de los partidos afines a ETA engorda a PSOE y PP haciendo que el PNV, el caduco Ibarretxe, se vaya con viento fresco y, que sea posible lo imposible, un pacto PSOE-PP que tal vez sea el germen de lo que un día deba ser España. Eso si no la cascan como siempre.
Ahora quedan 4 años para volver a ver qué pasa. Y menos para ver que pasa con Madrid.
