lunes, junio 22, 2009

Irán

Estaba cantado que, antes o después, nuestro amigo Ahmadineyad tendría fiesta sí o sí. En cierta ocasión leí que, los servicios secretos de EEUU (la CIA por dar nombres) no se dedicaban a interferir en los asuntos ajenos, sino que se dedicaban a ver, oír e interpretar los acontecimientos ajenos.
Y, si aplicamos esta máxima a lo que está ocurriendo en Irán, tenemos que: aparecen unos comicios electorales en Irán (de los que nadie se había molestado en airear demasiado) y algunos rumores de fraude electoral. En menos de 24 horas un clamor recorre el país y los partidarios de los defraudados (el Sr. Mir Husein Musavi, reformista de pro; entendiendo como reformista el "próximo a los deseos de EEUU") se manifiestan pasando en pocas horas de la manifestación a los disturbios y a las muertes. Censura de la prensa internacional y detención de todos los extranjeros (primer paso que cualquiera con dos dedos de frente hace para intentar coger a los periodistas que trabajan para la CIA, el MI6, el Mosad, rusos, franceses y un largo etc de servicios secretos).
Pero claro, cuando la mecha está encendida es muy difícil de parar, aparentemente se trata de manifestaciones de los estudiantes, que reclaman justicia electoral (curiosamente son siempre los estudiantes el sector elegido por tooodos los servicios secretos de alborotadores para este tipo de misiones) y el país ahora se encuentra dividido y próximo a la revuelta o a la guerra civíl.
Por supuesto en el plano diplomático todo el mundo condena y desea que las cosas vuelvan a la normalidad, pero en el otro plano, en el que está por detrás del escenario, ya está en marcha el plan para que Irán deje de ser un estorbo en la política exterior de los EEUU y de la UE.