lunes, junio 22, 2009

El problema del Metal

Un mes. Ese es el tiempo que lleva la huelga del metal en la provincia de Pontevedra y también el tiempo que el ciudadano de a pie padece sus concecuencias. Es una de los pocos ejemplos de huelga en el que todas las partes (empresarios y trabajadores) están de acuerdo en algo: en la huelga.
Por un lado los trabajadores reclaman que no cobran un salario digno y que, en el convenio anterior, se firmó una subida del 6% al finalizar un periodo de tres años. Están en su total y legítimo derecho de protestar. Pero yo me hago una pregunta. Si no están cobrando un salario digno, y el anterior convenio del metal fue firmado por los mismos representantes sindicales que ahora les abanderan... ¿qué les hace pensar que esta vez conseguirán un salario digno?, ¿acaso la otra vez los sindicatos firmaron cosas "indignas"?
En el otro bando tenemos dos frentes, las grandes empresas del metal y los pequeños. A los pequeños los están matando con estos parones, pues no tienen reserva económica y dependen del día a día para funcionar y cumplir las obras (en un sector que, recordemos, no tiene crisis).
En el lado de las mega empresas, esta huelga les ha venido que ni pintada, con los paros no pagan nóminas y el resultado es un ERE pero sin ERE. Este mes los trabajadores cobrarán de media unos 400 euros sobre los 1000 habituales. El ahorro es brutal cuantos más empleados se tienen.
Después añadimos al guiso a los siempre presentes sindicatos (sobre todo a la CIG) que tiene elecciones sindicales, y su partido político el BNG en horas muy bajas, y con una imagen muy deteriorada después del "yate" de Quintana).
¿Resultado? La huelga no se soluciona porque no hay interés por ninguna parte. El trabajador del metal empieza a ver que no tiene pasta a fin de mes y el resto de ciudadanos ya están mayoritariamente hasta el culo de guerras urbanas todos los días.