jueves, noviembre 13, 2008

Unirse al enemigo

Hay cosas que hacen que uno no salga del estupor. Decían (los alemanes) en la Segunda Guerra Mundial que no sabían qué era mejor, si las tropas de Mussolini tenerlas como aliados o, directamente, dárselas al enemigo, a fin de extender el descontrol que reinaba entre los del país de la bota.
Pues algo parecido he visto hoy en una charla sobre igualdad de géneros. ¿Como será de contraproducente empezar una charla sobre este tema diciendo: "Hombres y mujeres son, inequívocamente, distintos"? Y ahora lo mejor: todo ello pronunciado por una mujer.
Pero no se supone que se trata de igualdad? Pues lo siento pero no lo pillo.