jueves, mayo 22, 2008

Hombre contra Máquina

Hoy he podido enfrentarme contra un digno rival: la nueva máquina de la ORA en Vigo, a saber, el sistema de financiación del Concello mejor ideado hasta la fecha. Con motivo del cambio en la empresa concesionaria del servicio (antes de los azules ahora de los rojos), pues han desplegado un nuevo modelo de máquina que, a falta de confirmación le llamaré T-1000.
Este modelo de Terminator, dispone de dos botones, uno rojo y uno verde. Una ranura para introducir monedas, otra billetes y está coronado por un panel solar. Hasta ahí normal.
Bien, lo primero es leer las instrucciones... ah, parece que no tiene, con la lluvia (sí eso que nunca pasa en Galicia) se le han borrado las letras (vaya, va ser que este modelo era para poner en el desierto no en climas tirando a húmedos). Es igual, tampoco puede ser tan difícil, piensas (¡ja! eso te pasa por pensar), al fin y al cabo sólo son dos botones... ¿qué puede pasarme?
Lo que si no se ha borrado ni con soplete es la hoja de tarifas (evidentemente, la ha colocado uno de Vigo, no del Sahara, ya sabe que aqui llueve), bien pongamos un euro.
El euro cae por la ranura y, acto seguido, es devuelto a la luz por un orificio desconocido hasta este momento y que se encuentra parapetado a unos 200m más abajo de donde se metió la moneda original... (¿me estará devolviendo mi moneda,o será otra?)
Esto es un problema. Pero entonces algo habla y dice, con voz de mujer que pretende ser sensual,"moneda no válida". ¡Rayos! Buscas otra moneda. La situación empieza a ser algo... tensa. La segunda moneda parece funcionar (lo deduces porque la voz no habla y tampoco ha vuelto la moneda). "Bien, esta es la mía", piensas, y decides (otro error) pulsar el botón verde. En ese momento la voz dice "moneda no válida". Entonces es cuando, presientes, con esa seguridad que da el sentirse inferior a la máquina, que tu moneda no va a volver. Tus temores se confirman poco después. Te alejas de la máquina cuando ves que otro incauto ha caído en sus redes, tratas de avisarle... pero ya es tarde, esta vez el rehén es un billete de 5 €.
El incauto se aleja en busca de un guardia de la ORA... iluso... ¿no sabe que esos son una leyenda urbana? No existen, sólo en los bares.