Con este sombrío título podría empezar una nueva novela negra con todos los ingredientes típicos: los polis, la atormentada víctima y el móvil del crimen, una bandeja de croisants. Parece ser que un grupo de individuos en claro estado de shock (por el alcohol) viniendo una noche de vuelta a casa después de tomarse unos cacharros y en plena noche oscura (recordemos que venian en estado de shock), deciden robar una bandeja de croisants que, curiosamente, estaba arrimada a la entrada de un bar. Al parecer se produjo un forcejeo con el dueño del local y la cosa acabó en el juzgado. Pues nada, resulta que los acusados se enfrentan a penas que llegan al año de prisión por la trifulca y los dulces. Joder, este juez sí que mola. Si a estos les caen 12 meses (y sólo una causa, jajaja) por eso, ¿que sentencia dictará este hombre contra los imputados en la operación Marbella?¿Y contra el Sheriff de Coslada?
Ver para creer.
Ver para creer.
