Ha vuelto el calor, un calor agobiante, húmedo como el aliento de un borracho, pegajoso como una segunda piel, incisivo como un alfiler... Ya sé, ya sé déjate de poesías que pareces Serrat.
Pero es que no es normal joer! Si a eso añadimos el total sopor de trabajar delante de un ordenador ronroneante, la imagen de la gente en la playa (los hay con suerte) y las niñas estas en biniki (joer ya no me salen los palabros)... el cuadro es desalentador.
Pero bueno, aguantaremos hasta el fin de semana, que será cuando se ponga a llover. ¿Apostamos?