miércoles, agosto 18, 2010

Melilla

Parece que cada X tiempo tenemos que tener un problema con Marruecos. Ya son cotidianos los problemas con las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla (que es la forma bonita de decir que tenemos ocupados territorios en donde no nos toca y después hablamos de Gibraltar).
En el recuerdo de tod@s está el tema Perejil con aquel famoso discurso de Trillo que parecía sacado de las mismísimas novelas de caballerías.
Esta vez el tema viene provocado por dos cosas, unos se quejan de violencia policial de los otros y los primeros dicen que los segundos se están pasando más de la cuenta. ¿Quién tiene razón? Probablemente ambos o ninguno. Cuando estas cosas pasan, pasan por algo. Siempre hay alguien detrás del telón que orquesta el asunto. Está claro (más que claro) que España y Marruecos tienen muchas divergencias y que aquella guerra de hace 100 años sigue en la mente de muchos.
Una guerra contra tribus en la que se peleaba por una cuestión de principios ideológicos y de la que nos sacaron los franceses no sin antes haber perdido miles de vidas y padecido humillaciones en todos los campos (vamos la clásica chapuza española: desastre logístico, desastre militar y desastre económico).
Antes o después España tendrá que abandonar Ceuta y Melilla y cederlas a sus dueños. Y eso, guste o no guste a los abanderados de la nación, es ley natural, y no se puede ir contra la naturaleza.