Así es como podríamos definir el proceso electoral de la mayor potencia nuclear reconocida del planeta (no, no es la tía Jacinta cuando come fabada, no) es la otra fabada: los USA.
Aparte de tener el proceso más largo que se haya visto jamás (llevan cuatro meses) es curioso ver cómo, ya desde hace cuatro meses, no han variado ni una coma su discurso, ni el uno ni el otro. Evidenciando el que la campaña sea un pacto entre demócratas y republicanos para que, pase lo que pase, todos queden a cubierto y no venga el caso de que las masas pidan ajusticiamiento público como otros de cuyo nombre prefiero no acordarme.
En ninguna parte, discurso o debate se hace referencia a la barbarie que cometieron en Irak o Afganistán por el mero hecho de ser ellos los agredidos el 11S. Seguro que todo el mundo recuerda los días posteriores al 11M y el ambiente de crispación por los atentados y las ganas que le tenía el personal al Ansar. Por TV nos enseñan imágenes de enfrentamientos entre demócratas y republicanos que más parecen el típico cuadro de patio de colegio en el que uno grita "mi globo es más bonitooooo" y el otro responde "y a mi queeee, yo tengo uno más grande".
Todo el mundo está tranquilo por que, pase lo que pase, todo va a seguir igual, quienes están detrás de toda la cortina política lo saben, por eso nada cambiará después del 2N.