domingo, junio 20, 2010

Saramago y la Curia

Despedimos hoy al escritor portugués José de Saramago. Premio Nobel, pensador y escritor que, si bien no a todos gustaban sus obras, nadie duda de su extrema valía que, en el caso de su Portugal natal, han reconocio más bien tarde.
"Exiliado" por su voluntad (18 años) lejos de su país y cerca al mismo tiempo, por que le era difícil el no estarlo, y casado con una española, este hombre dejó para la posteridad grandes obras que recogen su gran carga de sabiduría. Y mucha de esa sabiduría cargaba contra la religión, en concreto la cristiana, pero que podría ser universalizada hacia la irracionalidad de cualquier credo.
Cuestionando de lleno la necesidad de la deidad, del pecado, de la que la mejor prueba es la frase en la que María Magdalena pide a Jesús que no resucite a Lázaro porque nadie en la vida ha cometido tantos pecados que merezca morir dos veces.
Su aportación a la filosofía se estudiará durante años y, aquí mi sorpresa, cuando Il Observatore le dedica una edición de óbito que, más bien, parece la carga de los Mamelucos.
Es mi opinión que, la muerte de cualquier ser humano se merece el mismo respeto. Hacer leña de un árbol caído es algo de cobardes. Como en vida no pudieron con él ahora se toman esa "vendetta" ya de muerto. Que bajo ha caido esta Iglesia de Roma. Y aún se extrañan de que sus templos estén vacíos...