viernes, febrero 25, 2011

A pedales

La primera gran consecuencia de las revueltas en el mundo islámico, y más concretamente, en Líbia, es la drástica subida del precio del barril de Brent que se espera para las próximas semanas y que, lastrará definitivamente cualquier intento de mejora económica, algo que hace falta y mucha.
Ante el caos que se avecina, y que podría llevar a las gasolinas a más de 1,50 € por Litro, el gobierno anuncia la bajada de las velocidades en autopistas y autovías a 110 km/h, medida que será temporal y que, se espera, ayude a ahorrar combustible = energía.
Mientras Brasil pugna por su primera central nuclear, en España esperamos como agua de mayo a que el mega oleoducto que cruzará el Norte de África (síii ese Norte donde tanta revuelta hay) nos sacie la sed de derivados del petróleo que tenemos en este país. Mientras tanto, seguimos sin medios de transporte alternativos, el AVE sigue sin llegar y los aviones no dan abasto ni son la mejor opción para transportar mucha gente por el elevado grado de sofisticación necesario para esas infraestructuras.
Con el reojillo, todos miran a Rusia, la madre Rusia para que no cierre el grifo, no vaya a ser que la tengamos como la otra vez en Osetia.