miércoles, febrero 20, 2008

Santos y Milagros

Yo, persona docta y culta en temas eclesiásticos, siempre había entendido que eso de ser Santo era algo como que, no sé... importante. No es santo un cualquiera: para empezar hay que tener un aro en la cabeza, llevar túnica y sandalias y eso, con la que cae ahora mismo, no es para todo el mundo. Además los Santos tienen nombres de Santo, como Santiago, Sandía y San Lucas. Pero todo esto es nada comparado con las otras dos condiciones a cumplir: el haberla palmado y el haber realizado al menos un milagro constatado en vida (ya te contaré si eres capaz de hacer milagros después de muerto...), el caso es que, durante el papado de Juan Pablo Palo Palo, este concepto de los milagros cambió y, del clásico "multiplicación de peces y panes" pasamos a "multiplicación de donativos y limosnas". Todo esto no ha gustado nada a Benedicto Equis Uve Palo, que ha dicho que ya basta de hacer santos a docenas cada día, que eso "desprestigia" el rol de Santo. Así que ya sabéis, si necesitáis un hueco en el Santoral, pensad en algún milagro del estilo "multiplicación de las sardinas y las jarras de vino" que ya se acabó la oferta.