De entre las muchas especies animales que pueblan nuestras villas y ciudades, destacamos hoy al ginki. Evolucionado a partir de un gitanillo de semáforo cruzado con un yonki de esquina, este nuevo elemento en la decoración urbana hereda todas las características de sus inmediatos eslabones evolutivos: ser gitano (en el buen sentido) y ser yonki (en el mal sentido).
La labor principal del ginki consiste en estorbar cuando vas a aparcar el coche a cambio de unos euros, es una labor concienzuda, dificil, para la que el ginki se prepara con frases como: "dale payo que asi ti quedas mal istasionaooo" o "ahi le vale ahi le vale no le des más que se se sale". Todo ello sazonao con referencias a su hija que observa la escena cómodamente desde una sillita de bebé parada en medio de una curva en el carril de la izquierda: "Niiiiiñaaaaa deja en pas al perro que no tahecho naaaaa". ¡Pero es que así no hay quien aparque!