Bien, era cuestión de tiempo. Como ya vengo comentando desde hace un tiempo, la nueva arma devastadora del mundo occidental ha hecho blanco en Irán. Y no, no se trata de un supermisil balístico, ni de un Rambo, ni nada salido de la calenturienta mente Hollywoodiense, sino de algo tan extraño como Internet, a la vez que poderoso.
Un rumor aquí, una noticia allá, un twitt mordaz, un facebook corrosivo... esos son los síntomas del arma, solo hace falta la chispa que inflame la gasolina: un civil autoinmolado por el precio de la comida convertido en mártir, una plaza convertida en símbolo de la resistencia...
Tras el derrocamiento de los régimenes tunecino y egipcio, la dimisión de la autoridad palestina en pleno, le toca ahora a Teherán. Primera manifestación y primeros choques con la policía.
Puedo equivocarme mucho, pero, señor Admadineyah, le queda poco en el cargo, viendo los precedentes.
La nueva arma occidental es capaz de derrocar gobiernos a un precio "razonable" de algunos cientos de muertos, y, con el lujo, de parecer que nadie está detrás de esos derrocamientos, más que el sagrado deber de un pueblo de elegir a quien le gobierne, y, lo más importante, sin invadir a nadie y arriesgar en soldados y material.
Si esto no es el "Nuevo Orden Mundial" se le parece mucho, desde luego.
Un rumor aquí, una noticia allá, un twitt mordaz, un facebook corrosivo... esos son los síntomas del arma, solo hace falta la chispa que inflame la gasolina: un civil autoinmolado por el precio de la comida convertido en mártir, una plaza convertida en símbolo de la resistencia...
Tras el derrocamiento de los régimenes tunecino y egipcio, la dimisión de la autoridad palestina en pleno, le toca ahora a Teherán. Primera manifestación y primeros choques con la policía.
Puedo equivocarme mucho, pero, señor Admadineyah, le queda poco en el cargo, viendo los precedentes.
La nueva arma occidental es capaz de derrocar gobiernos a un precio "razonable" de algunos cientos de muertos, y, con el lujo, de parecer que nadie está detrás de esos derrocamientos, más que el sagrado deber de un pueblo de elegir a quien le gobierne, y, lo más importante, sin invadir a nadie y arriesgar en soldados y material.
Si esto no es el "Nuevo Orden Mundial" se le parece mucho, desde luego.