Ayer pude ver en la tele una de esas noticias que rizan el rizo para pasara tirabuzón con vuelta de rosca. Resulta que, en A Coruña, existe un club de futbol que entrena a adolescentes japoneses que quieren llegar a convertirse en estrellas del balonpié. Dicho así, pues no sé qué le veis de raro, yo, desde luego, nada. Imaginad una sociedad súper jerarquizada (es de las pocas que segrega a sus propios semejantes y compatriotas) con bastantes toques de machismo, dependiente al extremo de la tecnología y que son una isla. Una sociedad en la que el futbol ha hecho mella después de los mundiales y ha lanzado a millones de Olivers y Benllis a los campos de entrenamiento.
Pero si fueses un acaudalado japonés pues seguramente no te apetecería que tu hijo (sin la @, que las mujeres allí no pueden) estudie con la calaña social de los burakumin ("los apestados") y entonces lo enviarías a Europa a una escuela de futbol en la Coruña a cambio de 30000 oreos por año para que el chaval aprenda a darle patadas a un balón.
Y digo yo, nuestra LFP que tan necesitada está, ¿por qué no hace campaña por Japón para atraer gente a las escuelas? Yo por ese dinero aprendía japonés y enseñaba a dar patadas a un balón. No me cabe duda.
Pero si fueses un acaudalado japonés pues seguramente no te apetecería que tu hijo (sin la @, que las mujeres allí no pueden) estudie con la calaña social de los burakumin ("los apestados") y entonces lo enviarías a Europa a una escuela de futbol en la Coruña a cambio de 30000 oreos por año para que el chaval aprenda a darle patadas a un balón.
Y digo yo, nuestra LFP que tan necesitada está, ¿por qué no hace campaña por Japón para atraer gente a las escuelas? Yo por ese dinero aprendía japonés y enseñaba a dar patadas a un balón. No me cabe duda.